El perro y el descanso.

Comenzaremos diciendo que tanto en la especie humana como en los animales, el sueño es una necesidad de importancia para mantener un buen estado de salud, tanto física como psíquica. El buen funcionamiento del cuerpo y también de la mente, dependen en gran parte de que se haya dado un cotidiano descanso a las funciones diarias.



¿Duermen igual que nosotros?

La primera diferencia que notamos entre el ser humano y el perro, es que el primero centra su descanso en un único periodo prolongado durante una serie de horas seguidas (la siesta es un tema aparte). Sin embargo, el perro experimenta ciclos diurnos de un ligero dormitar, manteniéndose en un estado ligero y atento del que puede sacarle cualquier pequeño ruido o variación en el entorno. Por la noche, y motivado en gran parte por el propio ritmo de los dueños, la tranquilidad del ambiente, la escasez de luz, favorecen que el animal quede en un estado somnoliento, a veces profundamente dormido, otras no tanto, del que también puede salir por estímulos que seguramente nosotros ni siquiera sentiríamos.



Beneficios del bien dormir.

Como hemos dicho, el dormir correctamente en calidad y cantidad produce en los animales una serie de beneficios importantes: mejor estado articular, buen aspecto de pelaje, correcta hidratación de la piel, adecuada elasticidad muscular y agudeza en reacciones y funcionamiento de los sentidos. El perro dará descanso psíquico a su organismo, pues ellos como nosotros pueden acumular una serie de tensiones, frustraciones y angustias a lo largo del día, que pueden mermar su carácter y capacidad de adaptación. Un correcto sueño liberará esta serie de factores negativos y le hará estar listo para la nueva jornada.
Por otra parte, dormir en exceso no es una señal positiva. Puede ser un signo de enfermedad o de falta de energía, con lo que deberá alertarnos para buscar consejo en el veterinario. Al tiempo, ese exceso de inactividad sin duda favorecer un posible sobrepeso y un mayor embotamiento a nivel articular y muscular.



En cuanto al lugar que escogen os perros para dormir, varía mucho dependiendo del animal y del entorno en que se encuentre. Habitualmente, la mayoría prefieren dormir cerca de su dueño, sea en su misma cama si se le permite, o en un lugar anexo habilitado para ello. Esto se debe, además de al vínculo emocional, a que el perro es originariamente un animal de manada, y no le hace mayor gracia el quedarse solo. En estos casos será conveniente preparar un cojín adecuado para ello.
En cuanto al resto de la casa, el perro siempre buscará los lugares donde se encuentre más cómodo y tranquilo para pasar sus horas de sueño. Siempre que encaje en nuestra vida diaria y no suponga un problema de otra índole, allí se deberá colocar el cojín o la cama de nuestra mascota. Estos lugares predilectos dependerán de la raza y el tamaño del animal, del clima en que nos encontremos y de la estación del año. Si el calor de la época es excesivo, la mascota buscará una corriente de aire que le alivie, o un suelo en el que pueda refrescar su cuerpo. Es por ello que muchos perros eligen el cuarto de baño como zona predilecta de descanso. Si al contrario, la sensación térmica del entorno es más fresca, el animal elegirá un sofá, sillón o la cama del propietario.
También la altura a la que eligen dormir es un factor específico para cada perro. Si escogen un lugar elevado, a menudo es porque desean tener una sensación de vigilancia sobre el entorno, y poder reaccionar con prontitud ante cualquier cambio.
Los cachorros, durante sus primeros días de vida, duermen amontonados unos sobre otros para suministrarse calor y sensación de protección y acogida, pues a esa edad aun su capacidad de termorregulación no funciona correctamente. A partir de la tercera semana de vida, en que ya adquieren esta capacidad, cambian la formación por una disposición en paralelo.



¡Alarma! Su rutina de sueño ha cambiado.
Como ya hemos comentado, el cuándo y cómo duerma un perro dependerá mucho del ejemplar en cuestión. Parece que hay referencias de ciertas razas, como el Basset Hound o el San Bernardo, que son más proclives a caer en los brazos de Morfeo. Sin embargo, deberemos estar atentos a cuando aparezcan signos de variación en esta importante rutina, pues podrían tener irregulares consecuencias en su bienestar.
En principio, nos mantendremos vigilantes si:
  • El perro permanece somnoliento más de lo normal.
  • Sus periodos de sueño se han reducido de forma notable.
  • Su carácter y temperamento ha cambiado.
  • Da la impresión de sufrir pesadillas, con inusuales aullidos o convulsiones.
  • Si siendo activo, se muestra somnoliento de repente (posibilidad de intoxicación)
  • Si padece insomnio de manera destacada.

Perros&Compañia

1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho el artículo y lo que has dicho de los perros porque yo tengo uno de hace poco y te cambia la vida completamente

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